—La toxina de la reina araña de la niebla negra... ¡Maldición! Si hubiera llegado un momento tarde, ¡Tina habría muerto!
Esta toxina representaba una gran amenaza para cualquier maestro de espíritu que no supiera cómo manejarla. Principalmente, funciona erosionando el cuerpo y convirtiéndolo en lo que le sucedió al pastel y otros alimentos, ¡podrido como carne muerta!
La niebla tenía un fuerte olor a arsénico, que hacía que William quisiera vomitar lo que tenía en su estómago. Pero no era momento de relajarse. Una vez liberada toda la niebla tóxica, comenzó a sacar muchas de sus flechas, minerales y velas de luz, haciendo lo mismo que había hecho hace poco.
La única forma de tratar esta toxina era hacerla circular a través de un medio que pudiera contenerla. Utilizar el brutal mineral vibrante escarlata para desintoxicarla era el método ideal que tenía en ese momento.