—Es hora de subir el nivel entonces —William sabía que si esto continuaba, terminaría atrapado en un mar denso de enemigos. Entonces, tuvo que empezar a usar su arma más poderosa, su espíritu de zorro.
¡*Rugido!*
En un instante, su cuerpo se hinchó y aumentó hasta alcanzar diez metros de altura. Su cola parpadeaba de un lado a otro, mientras aire blanco salía de su boca ligeramente abierta.
Y con su súbita aparición, un rugido bajo detuvo a todos los enemigos alrededor. No, no se detuvieron, quedaron instantáneamente petrificados.
—¡Gracias por quedarse ahí parados esperando el sacrificio! —William no fue tan misericordioso como para dejarles tener ese momento sin interrupción. Al momento siguiente lanzó su espada hacia arriba, la atrapó con su cola, tragó el resto del elixir que sostenía en la mano, antes de comenzar la verdadera masacre aquí.