Durante su caminata hasta aquí, pocos reconocieron la verdadera identidad de este aterrador anciano. Solo con mirar su pecho, ese feo emblema de una serpiente, cualquiera informado en este mundo podría decir quién era ese aterrador maestro de espíritu, o al menos adivinar de qué aterradora familia de maestros de espíritu oscuro provenía.
—S... Señor... Esto... —El grupo de cincuenta se dispersa, agarra a estos dos e incluso les da pociones de curación sin pedir permiso. Ver todo esto suceder ante sus ojos dejó a este líder temporal bastante impactado y enfurecido.
Estos dos habían sido dejados aquí para morir como un ejemplo para todos en la base. Estaban destinados a ser una advertencia por fallar en cualquier misión o ser emboscados, o de lo contrario enfrentarían el mismo terrible destino.
Morir no era nada, pero morir lentamente era algo que nadie jamás desearía experimentar.