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Esta cueva difería de las demás. Su disposición era plana cuando las otras cuevas habían tenido varios niveles.
Esto significaba que la formación de combate del grupo tendría que ser diferente. No podían formar un punto de estrangulamiento y que I'die, Atenea y Fénix bombardearan desde la distancia.
Astaroth y Gulnur tendrían que luchar como vanguardias, asegurándose de que no los evadieran. No sería simple, ya que el terreno era tan abierto.
Al avanzar hacia la caverna, los lobos que descansaban en el borde finalmente los descubrieron, aullando para alertar a los demás.
—¡Bien, aquí vamos! —gritó Astaroth.
Él y Gulnur se desplegaron un poco, con Blanca Muerte ocupando el centro y limpiando cualquier enemigo que intentara rodearlos. Astaroth dejó de lado su Fusión Espiritual al principio, ya que eso dejaría a Gulnur solo para lidiar con mucha presión.