Astaroth, Fénix y Khalor eran lo suficientemente inteligentes como para deducir que los invasores tenían algo que los seguía trayendo de vuelta a la vida. Era fácil adivinar que tal artículo o estructura existía.
Pero encontrarlo, mientras luchaban contra miles de jugadores, no era una tarea menor. Así que habían esperado su momento.
Estaban seguros de que Atenea no les habría llamado la atención sobre algo que no fuera al menos tan importante. Y ahora, con el silbido resonando en sus oídos, sería fácil encontrarlo.
Los tres se lanzaron fuera de la base por el muro del sur uno tras otro. Fénix había estado monitoreando la lucha desde dentro del dosel del árbol, mientras que Khalor estaba cerca de ese muro haciendo su masacre.
En cuanto a Astaroth, estaba dentro del árbol y podía orientarse rápidamente en la dirección correcta. Los tres podían volar, así que llegar a su destino fue fácil para ellos.