Tras murmurar su encantación, un brillante rayo de luz lunar brilló desde el cielo. Englobó el claro donde habían acampado, y todos dentro de él sintieron instantáneamente los efectos.
Violeta y Gulnur, quienes habían sido afectados por múltiples aflicciones mentales, sintieron sus mentes aclararse una vez más, ya que la luz lunar los purificaba. Gulnur incluso vio cómo su salud empezaba a recuperarse, y jadeó.
El enano giró su cabeza hacia Astaroth, con los ojos muy abiertos.
—¿¡Dónde has estado escondiendo esto?! —exclamó.
—No estaba escondiendo nada. Simplemente no había razón para usarlo hasta ahora. ¡Ahora deja de desperdiciarla y comienza a atacar! —respondió Astaroth, antes de centrar su atención en el jefe.
Lanzó su hechizo Rayo Lunar, sin esperar a recoger Éter, ya que no tenía tiempo para ello. La pequeña esfera de energía de color blanco lechoso se formó frente a su mano, antes de liberar su torrente hacia adelante.
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