Inmediatamente después de gritar —¡lucha!—, el PNJ desapareció de la arena mientras se erigía una barrera. Fénix ya estaba tomando acción también, pues una bola de fuego apareció en su mano.
Pero antes de que pudiera lanzársela a Violeta, un chorro de agua condensada la extinguió directamente de su mano. Fénix la miró atontada.
Ella había estado buscando movimiento de mana y apenas pudo ver algo de la chica antes de que el chorro de agua saliera disparado. Fénix encendió otra bola de fuego, pero ocurrió lo mismo.
Solo que esta vez, ella vislumbró lo que ocurrió. Violeta había canalizado su mana interior, empujándolo a través de su bastón, antes de que la gema en la punta multiplicase exponencialmente su poder.
«Eficiente. Bueno.» Pensó Fénix, sonriendo.
Luego comenzó a lanzar las bolas de fuego conforme se encendían, prefiriendo la velocidad sobre el poder. Pero Violeta se mantuvo tranquila mientras las derribaba, como si estuviera en un campo de tiro.