—¿Disculpe? —preguntó Khalor, ligeramente confundido.
¿No había dejado su punto claramente establecido? ¿No había Astaroth justo acordado en ayudarlo?
¿Por qué aún se negaba a ceder en este torneo?
—Dije que no —Astaroth reiteró.
—Acabas de acordar en ayudarme. ¿Por qué no estás aceptando mi demanda? —preguntó Khalor.
—Te ayudaré. Pero no voy a rendirme en este torneo. ¿Quieres el primer lugar? Vénceme. Eso no debería ser tan difícil para ti, ¿verdad? —dijo Astaroth, sacando su arco corto y apuntando una flecha a la cabeza de Khalor.
*Tsk*
Khalor miró a Astaroth con decepción. Había esperado que el hombre entendiera que pelear esta lucha sin sentido no tenía lógica. La lógica dictaba que debía ganar para poder obtener la atención que necesitaba para llevar a cabo su plan.
Sin embargo, Astaroth no respondía a esa lógica. En su lugar, quería lucharlo, convertirlo una vez más en un concurso de fuerza.