El primero en reaccionar fue Khalor. Aplaudió con ambas manos juntas, casi en posición de orar, y murmuró.
—Habilidad de Legado: Recuerdos de los Muertos —Comenzó a expandirse una esfera oscura desde sus manos. Creció rápidamente, explotando hacia fuera mientras engullía la zona en la que se encontraban.
Astaroth observó asombrado, mientras los alrededores cambiaban de una llanura con una pirámide a un paisaje de ciudad ardiente y desolado. Podía oír gritos de terror y dolor en la distancia.
—¿Dónde es esto? —preguntó, mirando a su alrededor.
—No me sorprende que no lo reconozcas en este estado —dijo Khalor, mostrando una sonrisa triste.
—¿Debería reconocer esto? —cuestionó Astaroth, su rostro transformándose en confusión.
—Ah, sí. Deberías —respondió Khalor.
Astaroth miró a su alrededor, esta vez intentando concentrarse un poco más, pero nada le parecía familiar. Así que volvió la mirada hacia Khalor.
—¿Una pista, tal vez? —le preguntó al Nigromante.