Los discursos de Constantine se hacían cada vez más largos entre cada fase, pero eso no era nada diferente a la última vez, y Khalor se armó de paciencia.
A pesar de que su sangre hervía con ira y ansias, no valía la pena las repercusiones de enfrentarse a la mujer todavía. Pero el momento llegaría más temprano que tarde.
Una vez que la presidenta terminó con su largo y sinuoso discurso, anunció el inicio de las semifinales. Quedaban tres combates antes del final de este torneo.
Astaroth miró a Fénix, y ella le devolvió la mirada. Había anticipación en ambos rostros, ya que ambos sabían que el próximo combate los llevaría a la final.
—No te contengas. Deberías saber que perderás si lo haces —Astaroth le dijo a Fénix, con una sonrisa burlona asomándose en sus labios.
—No te adelantes, Lobito. Estás hablando con una jugadora profesional. Aunque tengas la fuerza para respaldar tus palabras, ten un poco de respeto —Fénix respondió con suficiencia.