En medio de los esfuerzos de Raydon para dar sentido a lo que estaba sucediendo, una vez más se enfrentó a la presión que había experimentado anteriormente. Era como si una ola tumultuosa lo hubiera envuelto. Y en ese preciso momento, las palabras que parecían originarse de las partes más profundas de su ser empezaron a recorrer su mente en bucle como un reproductor de cintas.
—Somete. —Somete. —Somete.
—Esto realmente me molesta —Raydon dio una expresión contorsionada mientras miraba de nuevo con disgusto la puerta rota.
—Ni siquiera está aquí, y aún así puede crear tal presión solo con el aura que dejó atrás a través de una puerta cerrada. ¿Qué tan poderosa es realmente esta cosa? —Zephyr apretó los dientes al hablar.
Él también seguía escuchando la palabra "somete" en su cabeza, y estaba ejerciendo toda su voluntad para resistir el impulso de acatarla.