—No deberías perder la paciencia tan rápido solo porque algunas personas te ignoraron, ¿verdad? —Diam se acercó a Raydon y dijo en un tono neutro.
Raydon intentó negarlo, evitando las miradas de juicio fijas en él. —¿Perder mi paciencia? Para nada —afirmó, con sus palabras teñidas de una pizca de defensividad.
Diam se dirigió a Raydon con un tono inusual que combinaba firmeza con un toque de exasperación, mientras mantenía su acostumbrado comportamiento compuesto y sin emoción. —Entonces, ¿me estás diciendo que no planeas quemar todo este edificio con esas llamas?