Tan pronto como vio el tatuaje en el dorso de la mano de Dan, uno de los jóvenes exclamó con entusiasmo y los ojos muy abiertos —El primer capitán es verdaderamente increíble.
—Todavía me cuesta creer que tengamos un portador de objeto como nuestro jefe —murmuró otro joven, aún incrédulo.
El joven que antes había planteado la pregunta dijo mientras inclinaba su cabeza y hablaba —Lo siento, capitán. Soy un simple plebeyo que carece de educación para distinguir entre el bien y el mal.
Estaba experimentando una intensa fatiga e impaciencia, y su mente estaba nublada como resultado de estas condiciones, por lo que se sentía culpable de haber cuestionado a Dan durante aquel momento. Después de todo, la persona frente a él era un portador de objeto con poderes increíbles, y él sabía que en circunstancias normales, enfrentarse a tal persona e incluso hablar cara a cara con ellos le acortaría la vida.