—¿Qué demonios están haciendo? —Mientras Raydon regresaba a su calle y escuchaba las conversaciones de su culto, frunció el ceño y pensó.
Incluso Raydon no había considerado el alcance completo al que podrían llegar sus acciones. Su única intención era que limpiaran su casa y la hicieran más habitable, pero ahora los individuos a quienes había delegado esta responsabilidad habían comenzado a limpiar no solo el interior de su casa, sino también la calle circundante.
—No importa. Tal vez no sea tan malo. —Raydon pasó un tiempo observando su entorno antes de reflexionar.
Ayudar a Dan y a su equipo se hizo con la intención de aprovecharse de ellos para completar tareas que él no quería hacer o no tenía tiempo para hacer. Por el momento, Raydon decidió ver el lado positivo y aceptar que aún estaban haciendo su trabajo, aunque con un toque de exceso.