La declaración de Hajun no era para la multitud que probablemente ya había ensordecido. Era para los miles de millones de habitantes de este mundo que supuestamente estaban viendo su espectáculo desde una distancia lejana. Quería que entraran en pánico. Construir su miedo y, lo más importante, hacer que reforzaran sus defensas. Esta cruzada solo sería moderadamente placentera si fuese lo más desafiante posible. Y si el choque anterior fue alguna indicación... podría haberse quedado en casa jugando juegos de cartas de monstruos con su segundo nieto y haberse divertido más.