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Dentro del ala del castillo de Abadón, un gran portal negro apareció en medio de su sala de estar.
Después de su coqueteo anterior con Sif, Abadón no estaba pensando en nada relacionado con la reunión de la que acababan de venir.
La evidencia de esto era que sostenía a dos esposas bajo cada brazo, una con su cola y llevaba a otra a través de su espalda.
En cuanto apareció en su casa, ya se dirigía directamente hacia el dormitorio.
Y habría llegado en tiempo récord, también... De no ser por su maldito hijo entrometido.
...Y hermana.
—Oh, papá está caliente. Supongo que tendremos que hacer esto otro día.
—Espera un momento, señor —Malenia atrapó a su sobrino por la oreja justo cuando comenzó a darse la vuelta para huir.
Por segunda vez en menos de diez minutos, la creciente erección de Abadón fue asesinada.
Desvanecida.
Exterminada.
Debería haber llevado a las chicas con él a Edén, como inicialmente planeó.