—Nexo de la Creación, El Árbol de la Vida.
—Parece que han alcanzado su unión más rápido de lo que anticipamos. Me alegro por ellos. —Asherah se recostó boca arriba y miró hacia arriba al árbol brillante de su dominio.
Esperó y esperó en silencio alguna clase de respuesta o respuesta, pero no obtuvo nada incluso después de casi un minuto entero.
Espiando por debajo de su velo, vio a su hijo y esposo ambos mirándola, sin decir una palabra y sentados como estatuas.
—...No me entrometí.
—Lo hiciste, madre. —Yesh asintió una vez como si estuviera de acuerdo con su hijo.
—Simplemente no deseaba ver a esa mujer angustiada.
—Tus intenciones son bien intencionadas. Pero aún así te entrometiste. —Azrael dijo con una sonrisa amable.
Aunque evidentemente, a su madre no le hizo gracia.
—Ha llegado a mi atención que algunas realidades tienen la costumbre de azotar a sus hijos como forma de disciplina. Quizá veré si ese método tiene alguna virtud.