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Existe un concepto dentro de la espiritualidad llamado el Divino Femenino y Divino Masculino.
Donde el segundo simboliza la fuerza, la lógica, la acción y la protección; el primero es la fuerza que lo lleva, lo guía, lo nutre y lo sana de todo trauma persistente. Aunque es importante señalar que él debe hacer lo mismo por ella.
A través del descubrimiento de estos roles e interacciones, ya sea por un encuentro fortuito o circunstancias mágicas, la pareja en cuestión puede alcanzar una relación más profunda y significativa que cualquier otra, sin posibilidad de replicación o imitación.
Encarnar los conceptos de divino femenino y masculino no es necesariamente un requisito para relaciones exitosas, y es completamente subjetivo ya que los roles a menudo pueden ser fluidos entre las parejas.
Sin embargo, el logro es una manera infalible de cimentar la simbolización de la unidad.