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No fue sorpresa para los de arriba que después de presenciar la reunión de Abadón con Papa Legba, los cielos se llenaran de revuelo.
Los murmullos y divagaciones de los dioses menores habían ayudado a confirmar un hecho muy nausabundo.
El miedo contra Abadón estaba disminuyendo.
Dioses menores que estaban siendo intimidados por algunos de los gobernantes más tiránicos de sus panteones ahora no estaban tan seguros de que el dragón negro fuera el verdadero enemigo.
Después de todo... él tenía razón.
Los dioses no fueron creados para ser tan frívolos con sus poderes.
Fueron creados para pastorear, guiar y enriquecer las vidas de los mortales; cuyas vidas no eran más que una fracción de las suyas propias.
Por esto, los llamados dioses 'malvados' se estaban aliando con los líderes de los panteones y Zeus en un intento por mantener a todos enfocados en la destrucción de Abadón.