La primera vez que Asmodeo se vio sometido a este tipo de ataque de los Querubines combinados, había caído miserablemente en la trampa.
El dolor abrasador que sintió al ser golpeado por uno de estos rayos no era nada menos que debilitante y fácilmente le desarmó de su habilidad para contraatacar.
Fue sólo después de ser derrotado y de que su cuerpo fuera violado por ese bastardo arcángel que aprendió el verdadero secreto del poder de los Querubines combinados.
Mientras parecía que el ángel era una fuerza competente en ataques mágicos de alto nivel; la verdadera naturaleza de este enemigo era que era un telépata peligrosamente poderoso.
Los numerosos ataques que Asmodeo estaba experimentando no eran más que ilusiones que podían afectar incluso a alguien hecho de la propia sangre de Abadón.
Las copias múltiples, el dolor que sentía, la sinfonía de ataques destructivos, nada de eso era real.