En Antares, Yara y Asmodeo estaban uno al lado del otro entre los arbustos, espiando a sus nietos y a sus mujeres.
Los cinco estaban sentados en una mesa en el jardín, aparentemente todos con un ánimo bastante sombrío y reflexionando sobre algo serio.
—Deberíamos decirles algo... ¡no pueden ni disfrutar de la compañía del otro porque están tan preocupados!
—¿Qué podemos decir, querida? Esas chicas idolatraban a su madre, por supuesto que lo están pasando mal.
—Pero... ¡esta es su luna de miel! ¡Deberían estar más felices y enamorados!
Asmodeo echó un vistazo a la mesa donde Apofis estaba sentado con Claire en su regazo y Thea tenía en sus brazos tanto a Jasmine como a Nita.
—Ciertamente están enamorados pero, parece que el ambiente es un poco demasiado pesado como para disfrutar plenamente de la compañía del otro.
—Bueno, ¿qué podemos—
—Con permiso, mi señor y señora.
—¡Kyaa!
—¡Pero qué demonios!