```
¿Cuánto tiempo se necesita para liberarse del anhelo?
¿Unas horas? ¿Días? ¿Semanas?
Para Abadón y sus esposas, no había una respuesta definitiva.
Los nueve pasaron doce días enteros aferrándose firmemente a los cuerpos de los demás y llamándose por sus nombres.
Su pasión era tan intensa que la cama que había soportado todas sus amorosas escapadas antes, se había roto bajo sus incansables acciones.
Pero por supuesto, eso no hizo nada para detenerlos de seguir satisfaciéndose hasta que sus cuerpos y almas estuvieran completamente contentos.
Aun así... todavía parecía insuficiente.
En lo más profundo de su ser, Abadón era un monstruo que encarnaba la lujuria.
No quería nada más que subsistir de los cuerpos de sus mujeres más preciadas mientras el tiempo lo permitiera.
Pero mientras hubiera obstáculos contra ellos, este deseo suyo tendría que permanecer insatisfecho.
«Aunque... tal vez eso sea lo mejor por ahora».