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Abadón rodó los ojos ante la mirada irritada de Leviatán y con su monstruosa mano le hizo señas a su subordinada para que se acercara.
—Malenia, ven aquí. —Valeee~
El ángel caído voló fuera de la ventana y rodeó en el aire el monstruoso cuerpo de su maestro.
—La forma antigua del Maestro era más excitante pero esta también tiene lo suyo—¡Kyaaa!
Abadón sacó a Malenia del aire usando su larga cola y la sostuvo en su lugar.
—¿Qué estás diciendo delante de mi hija? ¡Te he dicho que tengas cuidado cuando mis hijos estén presentes!
Ya había perdido toda esperanza de que Malenia llegara a ser normal. Ahora, si conseguía tener una conversación con ella sin que mencionara su miembro, se daba por más que satisfecho. Pero aún así era bastante estricto con ella cuando sus hijos estaban cerca.
—¿Ehhhh??
Malenia finalmente notó a una adorable niña sentada en una mesa para picnic afuera, y sus ojos de repente se llenaron de enormes corazones rosas.