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Después de escuchar todo lo que sucedió en la pelea de Lusamine, Eris suspiró exhausta antes de bajar la cabeza en señal de disculpa.
—Lamento la infantilidad de mi amiga de pecho plano.
—¡Que te jodan, zorra! —gritó Lusamine mientras se cubría los pechitos.
La cara de Kanami se puso pálida inmediatamente y trató de hacer que Eris levantara la cabeza. —P-Por favor, diosa, ¡no hay absolutamente ninguna necesidad de que bajes la cabeza ante alguien como yo!
Eris hizo una mueca de confusión antes de asentir en señal de aceptación.
Dándose la vuelta, fue a buscar a Lusamine y empezó a arrastrarla hacia una Kanami de rodillas.
—¡No! ¡No quiero!
—¡Estás siendo tan infantil! ¡De todas maneras no te voy a dar opción!
—¡Esto no es justo! ¿Por qué tengo que disculparme si la que recibió la paliza fui yo!?
—¡Es tu culpa que te hayan golpeado en primer lugar! ¡Ahora sé educada o le voy a pedir que lo haga de nuevo!