—Señoras y señores, ¡les tengo un espectáculo que jamás han visto antes! —Dentro del coliseo Uruloki, el estadio estaba lleno hasta los topes de hombres y mujeres de diversas razas que aplaudían ruidosamente.
La voz del anunciante retumbó por todo el recinto e incitó aún más a la gente.
—¡Por primera vez en nuestra historia completa, seremos testigos de un choque contra la realeza!
—¡¿Qué?!
—¿Realeza?
—¡Esto es genial!
De repente, el anunciante de vientre abultado hizo un gesto hacia el palco más lujoso disponible.
—¡Hoy nos acompaña nuestro propio gobernante, el rey Helios Draven! —Helios finalmente entró en escena y fue recibido con un aplauso nervioso pero respetuoso.
A su lado estaba el anciano Hajun, cuya sonrisa no había desaparecido de su rostro desde más temprano.
—¿Qué fue eso que dijiste sobre permitir que Yara tome sus propias decisiones? —dijo Helios.
—Dije que todavía estaba aprendiendo. Ocúpate de tus asuntos —respondió Hajun.
—¡Jajajaja!