—Thea ha estado desaparecida durante cinco días... Parece como si hubiera desaparecido en medio de la noche —Lailah finalmente dijo con gran dificultad.
Silencio.
Las calles se volvieron tan silenciosas que los ciudadanos podían escuchar la sangre fluir dentro de sus propios cuerpos.
Incluso el viento había cesado de soplar, aparentemente sin querer tener nada que ver con la ciudad que se había detenido por completo.
Expandiendo sus sentidos, Abadón se dio cuenta de que no podía sentir ningún rastro de Thea.
Al mirar los rostros de su familia, su dolor se multiplicó.
Lisa, Audrina, Valerie, Bekka y Lailah todas parecían absolutamente desconsoladas.
Pero quizás fue la cara de Mira lo que más lo afectó.
Su pequeña niña estaba conteniendo las lágrimas mientras lo miraba, y eso fue suficiente para que finalmente estallara.
Boom.
Un pilar oscuro de puro odio brotó del cuerpo de Abadón y perforó el cielo.