Abadón no podía expresar con palabras cómo se sentía en este momento.
El poder fluyendo por su nuevo cuerpo era algo parecido a un sueño.
La sensación de perder sus brazos y piernas en esta forma no parecía molestarle en absoluto.
Y tener un nuevo juego de ojos y orejas se sentía como la cosa más natural del mundo.
Aún no había revisado todas las notificaciones de su sistema, pero basado en primeras impresiones...
—Me siento increíble —murmuró.
Su voz profunda y monstruosa vibraba en los oídos de todos los espectadores presentes.
Hablar pareció sacar a todos sus soldados de su trance mientras los rabisu tomaban vuelo.
—¡El señor ha evolucionado! —exclamó uno de ellos.
—¿Acaso su poder no es para celebrar? —agregó otro.
Abadón observaba cómo todos sus demonios le rodeaban, cantando alabanzas y ofreciéndole halagos sinceros.