Mientras Abadón volvía a su mansión, se sorprendió al encontrar a Eris, Lusamine y su padre ya esperándolo.
Al acercarse más, ahora podía escuchar los detalles de su conversación y, como resultado, por primera vez sintió que debería haber dejado a su padre bajo el control de un humano.
—Supongo que tú eres la razón por la cual Yara aún no ha salido de la cama —dijo Lusamine.
—Bueno, después de tanto tiempo separados ella era naturalmente muy sensible y puede que no me haya contenido tanto como debería... —respondió Asmodeo.
—Mi señor... por favor no nos diga tales cosas —pidió Eris.
—¿Mi elfa oscura favorita sigue siendo tan mojigata como siempre? Pensé que ya habrías solucionado eso —comentó Asmodeo.
—Desafortunadamente ella está en desesperada necesidad de una buena follada. Quizás incluso algo de anal también —dijo Lusamine.
—¡¡No tengo esas necesidades!! —exclamó Eris.