Kraft Viton levantó una ceja.
—¿Tienes que irte inmediatamente? ¿Tu territorio está bajo ataque?
La preocupación en la voz del anciano reconfortaba el corazón de Miguel.
—Mi territorio aún no ha sido atacado. Sin embargo, un Imperio Nativo desplegó uno de sus ejércitos después de algunos... eventos imprevistos. Están estableciendo un campamento militar en la frontera de mi región —Miguel se encogió de hombros—. He tenido algunos problemas con ellos en el pasado. El Imperio Nativo me busca también, así que podría también atacarlos con la Horda de Bestias Altas.
Kraft Viton tenía un montón de preguntas pero no indagó más. Estaba seguro de que Miguel vendría a él y le hablaría sobre sus problemas cuando estuviera listo. Miguel sabía que siempre podía acudir a él y pedir ayuda.
—Pero no. No tengo que irme inmediatamente. Rebeca regresará del Expanso de Origen y me llamará si algo sucede.
