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—Entonces, ¿eres mago? —le preguntó. No quería que todo el asunto se llenara de un silencio terrible.
—Sí. Soy una aprendiza de maga. Mi abuelo dijo que tú eras un Caballero de Aura con un aura extraña —dijo ella.
Leo negó con la cabeza. —No, solo soy un Caballero de Aura normal. Ni siquiera soy un Caballero del Aura del Primer Círculo como mi amiga. Ella estuvo allí el otro día —dijo.
Aurora sonrió. —Quiero conocerla también. Es difícil hacer amigos de mi edad porque los niños del Distrito Noble son muy arrogantes.
Rápidamente llegaron a la puerta que separaba el Distrito Noble del Distrito del Común. Un guardia estaba en la puerta e inspeccionando a las personas que entraban. Había una fila llena de trabajadores que trabajaban adentro.
Aurora saltó toda la fila y caminó, así que él la siguió. Cuando se acercó al guardia, el guardia se inclinó ante ella.
—Buen día, señorita Aurora. ¿Es él su sirviente? —preguntó.
