—Soy de un pequeño pueblo —dijo él—. Descubrí que tenía talento en el Aura, así que fui a Eldridge. Desde allí, me enteré de las Pruebas Fénix. Y te conocí en el camino.
Su sonrisa ocultaba todos los detalles de su vida que omitió. La historia que contó parecía tan simple, minimizando lo extraño que era.
—En efecto, tienes mucho talento en el Aura. Espero que ganes las pruebas —dijo Mira.
En el minuto que dijo eso, Leo oyó una risita de una de las mesas cerca de ellos. Levantó la mirada para ver a un grupo de 5 adolescentes. La persona que se reía con disimulo era una chica que parecía estar escuchando su conversación. El resto del grupo, dos chicas y dos chicos, la miraban con una expresión confundida.
El resto de los adolescentes no sabían que su compañera estaba escuchando a escondidas la conversación de Leo y Mira.
—¿Qué tiene de gracioso, Sia? —El chico sentado a su lado preguntó.
