Siete desmontó de su caballo y miró a Cuatro, quien permanecía inmóvil. Siete sacudió la cabeza y se giró hacia Leo y Mira. Rápidamente examinó los alrededores y evaluó los niveles de poder de los dos.
En el momento en que lo hizo, una ola de confusión lo golpeó. Los dos jóvenes frente a él eran niños, y ninguno de ellos parecía emitir algún aura. Cuatro también desmontó del caballo tras notar la misma observación.
Leo mantuvo la calma y se mantuvo firme frente a Mira, que estaba demasiado asustada para moverse hacia atrás. Tenía curiosidad por ver si los dos frente a él lo tratarían como un chico sin aura o como un Caballero de Aura ocultando su poder.
Siete y Cuatro sacaron armas de sus anillos dimensionales, revelando sus intenciones de matarlo. El primero llevaba una espada mientras que el segundo tenía un par de dagas.
—¿El líder dijo algo sobre qué tan fuerte es el compañero de la chica? —preguntó Siete a Cuatro.