Leo miró la pacífica cara dormida de Mira desde la copa del árbol. Tras observarla durante unos minutos, volvió a la realidad. No podía permitirse perder la noción del tiempo dada su situación actual. Mientras la miraba, oyó un leve ruido de rotura.
Debajo de él, la rama en la que estaba de pie empezaba a ceder. Algunas grietas comenzaban a formarse donde la delgada rama se unía al tronco de su árbol padre. Suspiró y saltó, rompiendo completamente la rama con su fuerza. El sonido de la rama al romperse fue suficiente para que Mira se despertara.
Ella abrió los ojos de inmediato y se levantó de un salto, alerta y buscando cualquier amenaza a su alrededor. Mientras sus ojos temerosos escaneaban el entorno, Leo aterrizó en el suelo con un pequeño golpe. El golpe la asustó aún más. Todo el bosque estaba envuelto en oscuridad debido a que el sol se había puesto hace unas horas.