Agitó sus manos, desatando un aura poderosa que los empujó de vuelta al suelo. Era en parte porque no estaban preparados para enfrentar un ataque, pero aun así demostraba cuán fuerte era.
Los dos intentaron retroceder pero sus cuerpos estaban paralizados por el miedo. Mientras el hombre frente a ellos se acercaba amenazadoramente, solo podían verlo acercarse.
—¿Dónde está ella? —preguntó con su voz profunda.
Jennifer miró a Damian para ver cómo reaccionaría. Vio un rostro impasible que no parecía que se fuera a quebrar aunque estuviera en una situación precaria.
—Parece que tenemos aquí a una persona muy obstinada. No importa, siempre tenemos una segunda opción —dijo uno de los hombres detrás del hombre del frente al bajarse de su caballo.
Se acercó a Jennifer y se agachó frente a ella.
—Entonces, asumo que tú eres Jennifer, ¿verdad? —le preguntó.