June no estaba sorprendido, ni mucho menos.
Ya lo había esperado.
Lei sabía que él era inteligente y June también reconocía la astucia de Lei.
Desde entonces habían estado en una batalla psicológica.
June se giró con una expresión inocente.
—¿Qué fue eso? —preguntó.
La sonrisa de Lei no flaqueó. De hecho, se amplió aún más, pareciendo que disfrutaba de su conversación.
—Ya lo sabes —señaló, cruzando los brazos frente a su pecho—. Mis verdaderas intenciones.
—Ya las conoces —repitió.
June imitó la posición de Lei. En ese momento, parecía como si dos muros fuertes se enfrentaran, ambos sin querer ceder.
Desde dentro del estudio, Casper sintió un escalofrío recorrer su espina dorsal. Miró alrededor de la habitación con un pequeño ceño fruncido.
—¿Quién subió el aire acondicionado? —preguntó, envolviendo sus brazos alrededor de su cuerpo. Sintió escalofríos por toda su piel, haciendo que su ceño se acentuara.