No es de extrañar que el colegio le pareciera familiar. June nunca había estado en el colegio de Minjun antes, pero los uniformes eran idénticos a los que Minjun llevaba.
No había duda.
El niño al que estaban acosando no era otro que Minjun.
June se quedó allí un rato, sin saber qué hacer. Comprendió por qué Minjun había tenido un cambio de actitud. Siempre había sido brillante, sarcástico y nunca dejaba que nadie le pisoteara.
Sin embargo, el Minjun que vio en el hospital era distante, frío y pasivo.
June salió de sus pensamientos cuando escuchó lo que parecía ser un puñetazo. Sus ojos se abrieron de par en par y estaba a punto de intervenir cuando escuchó otra voz.
—¡Eh! —una voz de chica, aún joven pero sin duda mayor que Minjun, interrumpió la escena.
—¿Qué demonios estáis haciendo? —preguntó.
June se asomó desde su escondite y vio a un trío de adolescentes, que parecían de secundaria, mirando a los tres matones con miradas reprobatorias.