June carraspeó y enderezó su postura mientras Lena continuaba hablando.
—Originalmente vine a Corea por un viaje de negocios y, además de eso, quería visitar a Minjun. Mi mamá me había dicho que él no ha estado en el mismo estado después de que su padre se fue—ese bastardo, de verdad —hizo un comentario al margen.
—Pero Minjun no se ha abierto con nadie acerca de eso —dijo ella—. Ahí es donde tú entras. Necesito tu ayuda para vigilarlo.
—No puedo ser un padre para Minjun —dijo June—. Ese es tu trabajo.
Lena apretó los labios, incapaz de contrarrestar las palabras del joven. Quería ser una mejor madre para Minjun, pero su trabajo solo le permitía hacer tanto.
No podía dejar el trabajo que había emprendido por buenas razones.
—¿Deberías decir eso cuando acabamos de conocernos? —preguntó ella, algo ofendida.