El guapo chico se recostó contra la roca desgastada, su piel bronceada besada por el sol. Sus brazos, tonificados y suaves, estaban manchados de arena. Sus pantalones de lino eran acariciados por las olas, luciendo un estilo sin esfuerzo. Su camisa blanca y nítida fluía con la brisa marina, danzando con el viento.
—Demonios, Sehun es súper hot —dijo Bora mientras seguía mirando al apuesto ídolo a través de sus binoculares.
—Lo voy a añadir a mi lista de favoritos —dijo Wei—. ¿Cómo es que nunca lo había notado en el show?
—Porque ustedes están ciegas —intervenía Jia—. Yo lo noté después de su actuación con June.
—Oh, no mientas. Si no hubiera actuado con June, ni lo habrías conocido —le gastaba Soo-min.
Jia chasqueó la lengua y bajó sus binoculares. —¿Para qué traemos binoculares de nuevo?
Na-ri se encogió de hombros. —No sé. Pregúntale a Wei.