—Tendremos que tener mucho cuidado ahora —susurró Mia a Aiden.
Aiden solo asintió sabiendo que si hacía mucho ruido podría ser descubierto por un enemigo.
—Sígueme y te guiaré hasta donde te infiltrarás en el imperio —dijo Mia, empezando a caminar hacia quién sabe dónde.
Aiden ni siquiera cuestionó hacia dónde iba ya que la siguió inmediatamente justo detrás de ella.
Él confiaba completamente en Mia ya que desde el principio todo lo que hacía era ayudar a Aiden, tampoco actuaba raro a su alrededor. Ella había sido la misma de principio a fin.
Después de un par de minutos caminando en el bosque, algo era realmente extraño. Ni un solo monstruo había sido visto por ambos.
Aiden se había dado cuenta después de caminar un rato. Le pareció extraño pero no le dio mucha importancia.
«Probablemente solo tengan miedo de nosotros», pensó Aiden. No creía que valiera la pena decírselo a Mia.