Después de reclamar la primera vez de Sakura, Alex regresó a su casa, y al bajarse de su moto, oyó gritos provenientes de la casa del vecino de al lado. Sonaba como si Jung-Hyun estuviera en una discusión con su hijo mimado otra vez, y como resultado, Alex se acercó y tocó el timbre.
Jung-Hyun respondió a la puerta en un vestido de verano. Su expresión cambió inmediatamente de hostil a alegre, al ver a Alex parado en su entrada.
—¿Alex? ¿Qué sorpresa? ¿Qué haces aquí? —preguntó ella.
Alex miró a la mujer y se asomó adentro de su casa, donde vio a su hijo regordete parado en el fondo con una mirada de furia en su rostro. Así, Alex no dudó en admitir lo que había escuchado.
—Solo estoy pasando a ver. Escuché gritos y me preocupé. ¿Está todo bien? —inquirió.
Jung-Hyun pareció un poco desconcertada mientras miraba hacia su hijo antes de volver la mirada hacia Alex. Dio un profundo suspiro, admitiendo que estaba teniendo dificultades para cuidar al mocoso.