Ajenos a las maquinaciones internas de Howard, Abby y sus compañeros creían que su aventura adentrándose en el Valle de los Vientos Feroces era puramente para competir por el primer lugar contra el grupo de seis.
Su ferviente deseo por el primer lugar, combinado con sus formidables talentos despertados, robusteció su valentía, obligándolos a seguir de cerca a Howard.
A medida que el cuarteto se aventuraba más lejos, había un cambio notable en la población de monstruos locales.
Los Capitanes Kobold eran ahora ubicuos, presumiendo de niveles y atributos superiores que aquellos cerca de la periferia del valle.
Estos adversarios mejorados exigían más tiempo y estrategia al equipo de Howard para derrotar.
Pero entre estos, emergió un nuevo tipo de monstruo.
Desprovisto de carne, existían únicamente como seres esqueléticos.
Aunque solo eran del tamaño de la palma de un humano, poseían alas óseas que les otorgaban agilidad similar a un rayo de relámpago.