—¿Ali? A...li.
Roronora repitió el nombre, Ali, y luego asintió en reconocimiento.
—Ali, entendido. ¿Necesitas algo?
Su comportamiento reflejaba el de un niño que acaba de entender el mundo que lo rodea.
—Bueno, ¿podrías hacerme un favor?
Ali eligió cuidadosamente sus palabras, buscando una forma de transmitir su petición sin causar malentendidos o desencadenar la defensiva de Roronora.
—Necesito que vengas conmigo a buscar a alguien.
—¿Como guardaespaldas?
La aguda interpretación de Roronora tomó a Ali por sorpresa.
Toda la preparación y el pensamiento que había puesto en su solicitud ahora parecían inútiles.
Con un suspiro, Ali asintió.
Hubo un cambio en la mirada de Roronora, una cierta emoción surgía desde lo profundo de sus ojos.
—Algo así —Ali hizo una pausa antes de agregar—. Pero tu seguridad es la prioridad. Solo necesitamos distraerlos.
—Entiendo. Roronora irá, pero necesito preguntarle a Jelia primero.