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Nula redujo su respiración para controlar su latido cardíaco mientras el corredor por delante se ensanchaba, con vagos signos de obra humana apareciendo en el suelo y las paredes, como ladrillos rotos y superficies.
Este lugar fue alguna vez algún tipo de estructura, quizás incluso ubicada originalmente en la superficie.
A medida que avanzaba, las huellas humanas se volvían cada vez más abundantes y evidentes hasta que, eventualmente, Nula se encontró caminando a través de lo que parecía un pasadizo cerrado e intacto en gran medida.
—¡Se parecía al sótano de un castillo!
¿Qué era este lugar?
Nula escrutó las paredes, que estaban inscritas con runas oscuras, no parecidas a la escritura humana ni a la élfica, sino a un tipo de letra que Nula nunca había encontrado.
El misterio de este lugar se profundizaba.
Tras unos minutos más de avance, Nula llegó al final del corredor.
Sin vigilancia.
