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Nula no era una guardabosques ni una ladrona; era una maga.
Mientras que tenía un profundo entendimiento de los hechizos, sus capacidades estaban limitadas más allá de ese ámbito.
Frunciendo el ceño en pensamiento durante unos segundos, Nula decidió intentar usar su detección de maná.
La detección de maná es siempre recíproca; liberar la percepción sensorial de uno significa que otros magos tienen la oportunidad de capturar tu detección de maná, pudiendo así potencialmente localizar tu posición.
Aunque Nula estaba aquí para un enfrentamiento, las batallas innecesarias eran mejor evitarlas si era posible.
Movilizó su maná, expandiendo lentamente su detección de maná.
Su expansión fue deliberada, destinada a eludir cualquier trampa potencial.
La detección de maná no es tan directa como la observación visual, pero su ventaja radica en detectar lo que no puede ser visto por el ojo desnudo, mucho como un radar, descubriendo fácilmente secretos escondidos en los detalles.