Con un empuje fuerte contra el suelo, Howard retrocedió, la larga espada pasando rozándole.
El vórtice de maná se disipó, formando una red eléctrica entrecruzada, donde luz eléctrica plateada-blanca se entrelazaba, emitiendo un sonido estridente para bloquear la persecución de Sorovo.
Escapando del salón, los pasos de Howard no cesaron, movilizando completamente su maná para acelerar.
Sorovo, tanto en términos de capacidad de maná como de flujo de maná, lo superaba ampliamente, extendiéndose naturalmente a la velocidad también.
Ahora, si no aprovechaba la oportunidad para ampliar la brecha, Howard no tendría ninguna posibilidad de escape.
Casi en el momento en que Howard saltó al techo, Sorovo ya había salido del salón con su larga espada en mano.
Forzar su paso a través de la red eléctrica lo hizo parecer algo desaliñado, pero la parálisis de su cuerpo no le preocupaba demasiado; tal grado de efecto no podría disminuir su ritmo.