—Pero... si encuentras a Ojo Rojo, ¿puedes manejarlo? —Howard dudaba de las capacidades de Greg.
Aunque nunca había visto a Ojo Rojo en acción, la cuantiosa recompensa en monedas de oro indicaba sin duda un peligro significativo.
El resultado de una pelea no se determina únicamente por la fuerza de los combatientes, especialmente cuando se sabe casi nada sobre las capacidades del oponente.
En cualquier caso, informar a Antalya parecía ser el enfoque más fiable.
Con este pensamiento, Howard expresó su opinión.
—¿Dudas de mi fuerza? —Greg miró fijamente, balanceando su puño en dirección a Howard, los músculos de su brazo abultándose con el esfuerzo.
—He sido mago y aventurero durante mucho más tiempo que tú. Cuando me enfrentaba a la muerte en el mundo exterior, probablemente ni siquiera sabías jugar en el barro.
Greg movió su mano impaciente y aceleró el paso.