Al presenciar la escena, Vettel se frotó los ojos incrédulo, su mandíbula cayendo tan asombrosamente que se dislocó.
De no ser por Bosiden, que estaba convenientemente cerca y había recibido entrenamiento médico previo, para reacomodar rápidamente su mandíbula, Vettel se habría encontrado en un aprieto embarazoso.
El Castillo de Fernsouth había empleado a numerosos artesanos, con múltiples proyectos en marcha simultáneamente.
Aun así, bajo la supervisión vigilante de Vettel, la actividad bulliciosa nunca descendía al caos.
Bosiden jugaba un papel crucial en la gestión de los artesanos y trabajadores, asegurando que el castillo se mantuviera ordenado a pesar del frenesí de actividad.
Aprovechando esta oportunidad, Alonso regresó a su dominio para cuidar de su madre enferma, dejando atrás el ritmo frenético del castillo.
Resarite, en la región de Gokasu, estaba prosperando.