—Margarita una vez más ofreció a Boshni unas palabras de persuasión, pero Boshni se mantuvo terca. Al ver su renuencia, Margarita finalmente lo dejó estar. Sin embargo, Margarita aún sentía un sentido de responsabilidad; ella misma llevó a Boshni a las caballerizas, asegurándose de que fuera debidamente presentada e integrada con los otros cuidadores de caballos. Finalmente, Margarita buscó a la persona a cargo de las caballerizas.
El jefe de las caballerizas, vestido con atuendos lejos de ser elegantes, saludó a Margarita con profunda reverencia. Sus ropas, de un tono oscuro que se asemejaba al marrón pero casi negro, contrastaban fuertemente con el entorno. Hizo una reverencia sincera a Margarita, expresando su sorpresa y preocupación por su visita a un lugar tan sucio, temiendo que pudiera manchar sus exquisitas prendas.