En poco tiempo, Portia llegó y presentó sus respetos a Howard.
Howard de inmediato preguntó sobre la información que estaba ansioso por saber.
Portia comenzó —Mi señor, esta guerra, se puede describir como una fuerza arrolladora, imprevista por cualquiera. ¿Quién podría haber imaginado que el Duque reuniría un ejército tan vasto?
—¿Cuántos en total? —Ana interrumpió.
Portia echó un vistazo a Ana —No estoy segura de las cifras exactas, pero superaron los cinco mil.
—Está bien, sigue —Ana presionó.
—La verdad es que la guerra tuvo un comienzo casi teatral, más allá de la imaginación de cualquiera. Hof, a quien pensábamos que había quebrado, de alguna manera logró reunir fondos para contratar mercenarios. Y no solo un grupo, sino dos —reveló Portia.
—¿Cuáles son los nombres de estos grupos de mercenarios? —Ana preguntó.
—Los Escuadrón de Hermanos Scalavich y el Regimiento de Guerreros Inquebrantables Mambabers —respondió Portia.
Una expresión de sorpresa cruzó el rostro de Ana.