—¿Alguna vez has encontrado monstruos tan extraños? —preguntó Lanas con un toque de perplejidad en su voz.
—¡Inaudito!
—Sí, monstruos tan extraños, nunca había oído hablar de ellos antes.
A pesar de que la mayoría de ellos poseían una influencia considerable y contaban con el respaldo de muchas familias poderosas, en este momento todos tenían un aire de desconcierto en sus rostros.
Atael, al notar la expresión de las personas a su alrededor, no pudo evitar ofrecer una sonrisa forzada.
—Sé que les puede resultar difícil de creer, pero juro por mi honor que no hay una sola palabra falsa en lo que digo. Esos monstruos son realmente extraños. Si no les prestas atención, se vuelven increíblemente ágiles y aparecen detrás de ti en un instante para lanzar un ataque sorpresa.
—¡Nosotros también juramos por nuestro honor! —exclamaron.
Tras una mirada cuidadosa a Atael y sus compañeros, Howard intervino.
—Además de eso, ¿tienen alguna otra peculiaridad? —preguntó.